⚠️ “Enamoramiento en tratamiento, en el amor miento” ⚠️
Este juego de palabras encierra una verdad neurobiológica: el circuito del amor comparte muchas rutas con el de las adicciones. Pero ¿qué significa esto realmente?
Amor y adicción: un mismo circuito en el cerebro
El amor romántico no es solo una experiencia emocional o cultural. Tiene una base biológica concreta, sustentada por los mismos sistemas neuronales que intervienen en la dependencia de sustancias. Así, el cerebro de una persona enamorada y el de un adicto pueden presentar activaciones muy similares.
En ambos casos, el sistema de recompensa es el protagonista. Este circuito neural, donde destaca la dopamina como neurotransmisor principal, se activa tanto en el enamoramiento como en el consumo de drogas como la cocaína, las anfetaminas o los opioides.
Síntomas similares: del síndrome de abstinencia al «mal de amores»
Las personas que atraviesan una ruptura amorosa pueden experimentar síntomas comparables a los de la abstinencia en las adicciones:
- Euforia y ansiedad
- Pérdida de apetito y sueño
- Palpitaciones, temblores, hiperventilación
- Cambios bruscos de humor
- Sensación de desesperación o pánico
Este paralelismo no es casual. Desde una perspectiva neuroquímica, el amor busca fomentar el apego para la reproducción y la crianza, pero cuando se interrumpe ese vínculo, el cerebro puede reaccionar como si hubiese perdido una droga.
Enamorarse durante un tratamiento contra adicciones
En contextos de recuperación, enamorarse puede convertirse en un terreno ambiguo. A veces, lo que se interpreta como amor puede ser solo una nueva fuente de estimulación intensa y euforia: una especie de «sustituto emocional» que activa el mismo circuito dopaminérgico.
Por eso se dice que “enamorarse en tratamiento puede ser mentirse a uno mismo”. El riesgo está en confundir una reacción neuroquímica intensa con un vínculo afectivo genuino. En estas etapas, es esencial contar con acompañamiento profesional para identificar si ese «enamoramiento» es parte del proceso de sanación o una nueva forma de dependencia emocional.
Comprender los mecanismos compartidos entre el amor y las adicciones no solo es útil para profesionales de la salud mental, sino también para cualquier persona en proceso de recuperación. Reconocer que el cerebro puede buscar nuevas fuentes de placer y apego nos ayuda a tomar decisiones más conscientes.
En definitiva, tanto el amor como las adicciones activan áreas profundas del cerebro, y diferenciarlos requiere conocimiento, tiempo y apoyo adecuado.
Si tú, un familiar o un amigo está pasando por un proceso de desintoxicación o lucha contra una adicción, no estás solo.
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