Superar una adicción no se trata solo de dejar de consumir. La recuperación implica transformar la forma de pensar, actuar y sentir. En Centro Ginesta aplicamos un enfoque cognitivo conductual afectivo, un modelo integral que aborda a la persona en todas sus dimensiones y favorece un cambio duradero y sostenible.
Este enfoque reconoce que la adicción afecta la mente, las conductas y las emociones, y que trabajar solo una de estas áreas no es suficiente para alcanzar una recuperación plena.
1. Dimensión cognitiva: transformar pensamientos que mantienen la adicción
En esta fase del enfoque cognitivo conductual afectivo, se trabaja sobre los pensamientos automáticos que refuerzan el consumo y la negación, como “yo controlo” o “no pasa nada”. Identificar estas ideas y sustituirlas por pensamientos más realistas y saludables es esencial para romper el ciclo de la adicción y fortalecer la capacidad de elección consciente.
2. Dimensión conductual: construir nuevas rutinas y hábitos
La parte conductual del tratamiento se centra en romper automatismos del consumo y desarrollar hábitos de vida saludables. Esto incluye gestionar el tiempo libre, mejorar las habilidades sociales y fomentar actividades que aporten bienestar y sentido. La recuperación no solo se piensa: se practica día a día, entrenando nuevas conductas que sostengan el cambio.
3. Dimensión afectiva: reconexión emocional y relaciones saludable
La adicción suele dejar huellas emocionales, afectando la autoestima, la confianza y los vínculos. En la dimensión afectiva del enfoque cognitivo conductual afectivo, se trabajan la gestión emocional, la reconexión con uno mismo y la reconstrucción de relaciones sanas. Esta etapa permite que la recuperación no sea solo dejar de consumir, sino volver a vivir plenamente, integrando mente, conducta y emociones.
En Centro Ginesta, acompañamos a cada persona en su propio ritmo, ofreciendo un espacio seguro y profesional donde aprender a construir una nueva vida